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Los vecinos de la localidad han decorado sus comercios para recordar la celebración medieval que este año se ha suspendido por la COVID-19

El Festival Medieval de Alburquerque se celebra todos los años a mediados de agosto en la localidad que da nombre al evento. Una fiesta de gran arraigo popular en la que cada edición presenta un hecho histórico medieval relacionado con la ciudad como tema de las distintas actividades culturales.

Este año, en el que se cumpliría su 27 edición, el evento se había programado para el fin de semana del 14 al 17 de agosto. Sin embargo, la Comisión organizadora del festival junto con el Ayuntamiento de Alburquerque tomaron la decisión de suspenderlo, debido, principalmente, a que se trata de una actividad de mucha participación e interacción ciudadana y temían que no se cumplieran correctamente las medidas de seguridad e higiénicas pertinentes.

Según nos cuenta la directora del festival, Ángela Robles, la cancelación del Festival supone no solo pérdidas económicas y turísticas para la localidad, que en las fechas de la celebración llega a triplicar su población, sino además la tristeza para los muchos alburquerqueños que participan cada año en la actividad. En estos días, las redes sociales se han inundado de recuerdos con fotografías y videos de ediciones anteriores acompañados de mensajes que traen muchas ganas e ilusión para el año que viene.

Como alternativa, la Asociación de Empresarios de Alburquerque ha organizado un concurso de fotografía a través de Facebook con los comercios de la agrupación, que consiste en decorar los establecimientos con motivos medievales en honor al festival. Se han sorteado tres vales de 50 euros.

Qué es el Festival Medieval de Alburquerque

El Festival es considerado Fiesta de Interés Turístico de Extremadura. Su celebración pretende revalorizar el patrimonio histórico y cultural de la villa de Alburquerque y transportar a los visitantes a la vida y las costumbres de las culturas árabe, judía y cristiana en la Edad Media.

El Castillo de Luna y la muralla que rodea el barrio gótico judío ‘Villa Adentro’ son los principales escenarios donde se desarrolla el evento. Un enclave histórico que transporta al visitante hasta la mismísima Edad Media, con sus calles angostas y empedradas y su dura subida a la fortaleza medieval.

Las actividades que forman parte del festival suelen ser obras de teatro, cuentacuentos, representaciones, competiciones medievales, conciertos, bailes, mercados, casas de ambientación medieval, visitas guiadas por la villa y pasacalles.

El Festival ha obtenido el Premio Mundo Teatro a la mejor interpretación colectiva y es que en esta fiesta, los propios vecinos de Alburquerque forman parte de una reparto en el que interpretan a mendigos, cortesanos, caballeros, artesanos, etc., recreando la vida de los antiguos habitantes y representando las tres culturas que convivieron en la villa durante la época del Medievo.

Por qué visitar Alburquerque

Alburquerque no solo destaca por su tradicional Festival Medieval, también posee un rico patrimonio histórico. En especial, os recomendamos visitar el Castillo de Luna, una de las fortalezas medievales mejor conservadas y mejor situadas, ya que se encuentra en un alto desde el que puede observarse la Sierra de San Pedro, zona de gran interés natural.

La estructura arquitectónica del castillo cuenta con varias zonas defensivas como la Torre de las Cinco Puntas y la Torre del Homenaje, de cinco pisos y en cuya parte superior se encuentran los matacanes desde donde se arrojaba al enemigo aceite hirviendo y proyectiles. La muralla disponía de varias puertas de acceso de las que actualmente se conservan la Puerta de la Villa, conocida como Puerta de Belén, y la Puerta de Valencia. En el patio de armas se encuentra la Iglesia de Santa María del Castillo, de estilo románico tardío.

Dentro de las murallas de la ciudad aún pueden verse casas con arcos ojivales de granito propios del medievo, en el barrio gótico al que se conoce como Villa Adentro o Barrio judío, ya que fue habitado por la comunidad judía antes de su expulsión a finales del siglo XV.

Los amantes de la naturaleza también tenéis varias opciones para disfrutar del lugar, con rutas de senderismo y visitas al Parque Natural de la Sierra de San Pedro. Encontraréis grandes dehesas de encinas y zepas (zonas de especial protección para las aves) en el interior de la población, que son el hogar de colonias de cernícalo primilla que anidan en huecos de edificaciones.

También os puede resultar interesante descubrir las pinturas rupestres del Risco de San Blas, que corresponden a la época del Mesolítico. Se trata de una muestra de arte prehistórica en un estado de deterioro por el paso del tiempo, que representa a personas y animales con un significado mágico o de culto.